Mar del Plata

Una jubilada murió en un bingo y los apostadores siguieron jugando en las máquinas con el cadáver al lado

La mujer fallecida tenía 72 años y la situación causó indignación en los familiares de la mujer.




Una mujer de 72 años murió este viernes tras desvanecerse en el salón de juegos de un bingo en Mar del Plata, y lo que generó aún más conmoción fue la reacción –o la falta de ella– de las personas a su alrededor: mientras su cuerpo yacía en el suelo, varios apostadores continuaron jugando en las máquinas tragamonedas como si nada hubiera pasado.

El hecho ocurrió durante la tarde, alrededor de las 17:45, en el bingo ubicado sobre la avenida Edison al 400, en la zona del Puerto. Según informaron fuentes policiales a Infobae, la jubilada se descompensó repentinamente dentro del salón de juegos. Los efectivos que estaban en el lugar realizando servicios adicionales de vigilancia actuaron de inmediato para asistirla.

A los pocos minutos llegó al establecimiento una ambulancia de la empresa Cardio y el personal médico constató la muerte de la mujer. No se observaron signos de violencia ni lesiones externas. Las autoridades indicaron que se trató de una muerte natural, por lo que no se abrió ninguna causa judicial ni intervino la Justicia.

También se presentó en el lugar la hija de la víctima, visiblemente conmocionada por la situación. Permaneció junto al cuerpo hasta que fue retirado, tras los peritajes correspondientes, indicaron distintos medios locales.

Lo que causó mayor indignación y repercusión fue lo que ocurrió en el salón mientras todo esto sucedía, ya que la actividad no se interrumpió. A pocos metros del cuerpo cubierto con una tela blanca, varios de los presentes siguieron jugando en las máquinas.

La insólita escena incluso se puede ver en un video que se viralizó en redes sociales cómo, mientras la mujer ya se encontraba sin vida en el suelo y con los policías formando una especie de cordón alrededor del cadáver, algunas personas continuaban apostando.

La situación llamó la atención de otras personas presentes, que no salían de su asombro ante la indiferencia con la que algunos siguieron su rutina de apuestas.