José Luis Décima pasó de cuidar la salud a envenenar a los formoseños, el ambiente y el agua

El ex ministro de Desarrollo Humano gerencia una empresa de recolección de residuos biopatogénicos y lejos de darle el tratamiento correcto a esos despojos peligrosos, envenena el medio ambiente, riachos y el futuro mismo de miles de formoseños.



El doctor José Luis Décima era aplaudido por muchos en su época de ministro de salud de la provincia. Pero el tiempo y el dinero corrompe a este tipo de personas, ya que ahora, en lugar de cuidar la salud, envenena por décadas a los formoseños, el medio ambiente y los riachos de la zona de Lote 66, en la capital provincial.

En otras notas ya abordamos cuánto le cobra Décima a la provincia por retirar estos residuos peligrosos de los hospitales de la provincia. Ahora nuestra investigación reveló qué hace con esos residuos, jeringas usadas, gasas ensangrentadas, brazos y piernas amputadas, y todo contaminado con gérmenes altamente patógenos.

El ex ministro se armó de un equipo de personas que vestidos con mamelucos marca “la pindonga”, alzan en vehículos no identificados como recolectores de residuos peligrosos. Los llevan a Lote 66, y en tachos de lata de 200 litros, sin tapa, juntan los restos para echarles gasoil encima, en un improvisado pozo de poca profundidad, para luego prenderle fuego.

Cualquier tipo de basura libera un líquido muy tóxico, llamado lixiviado, que en basura normal es tóxico, pero en basura patogénica es altamente tóxico y mortal. Ese líquido, mezclado con componentes químicos peligrosos producto de la quema, más los patógenos, termina mezclándose con las napas de agua subterráneas que alimentan a los riachos de la zona de Lote 66.

El tratamiento correcto debería ser el de meterlos en una máquina especial, que con vapor de altísima temperatura, mata los gérmenes y bacterias, luego, eso se entierra a mucha profundidad, cuidando un sistema de lixiviado mínimo, que no se meta en las napas de agua subterránea. Pero nada de eso hace Décima, al contrario, en lugar de un manejo cuidadoso de esos residuos, le da un pésimo tratamiento, solamente echándole gasoil y luego fuego, contaminando por décadas la tierra, el aire y el agua de una amplia zona habitada de Formosa.

Claro, es de esperar que un personaje siniestro como Décima haga esto, ya que su único interés es el cobro de los costos operativos, por cifras millonarias, que nadie controla. Incluso, podría estar en desconocimiento el propio gobernador, de tamaño negociado y contaminación ambiental en una zona semi urbana.

De hecho, Gildo Insfrán podría ser el único que puede frenar semejante ataque al monte formoseño, a su gente y al futuro de una zona cada vez más poblada, ya que recordemos que en esa parte, se ubican barrios muy habitados, como Namqom, Lote 68, entre otros.

Este atentado contra la salud de los formoseños se viene llevando a cabo hace años. Y el gasoil con el que prenden los restos de los hospitales, es comprado con vales de combustible que deberían ser de uso exclusivo de ambulancias y patrulleros. Todo irregular, todo ilícito, todo criminal.

Ampliaremos...

Por Carlos Rodolfo Varela.