Con 24 años, "Carlitos" ya armó su empresa proveedora del Estado para facturarle a su tío Gildo Insfrán

FORCAMAT S.R.L. es el nuevo nombre que viene a llevarse fondos del Estado provincial en transacciones que dejan en evidencia la forma de operar del gildismo y sus seguidores. La "empresa" ya está lista para facturarle al Estado por lo que sea, desde la construcción en la obra pública, rutas, venta de materiales, negocios inmobiliarios y hasta un servicio de lunch.



Según el boletín oficial Nº 11.811 de fecha 17 de agosto de 2021, el hijo del diputado “Carlín” Insfrán, quien trascendió a nivel nacional por la fiesta clandestina en Laguna Blanca, que duró tres días en plena ASPO, Carlos Daniel Insfrán, dio inicio a las actividades de su empresa FORCAMAT S.R.L., que ya está lista para facturarle a su tío Gildo un montón de ítem que tienen que ver con la obra pública (cuyos fondos millonarios bajan de nación sin demasiados controles del destino) en algo totalmente incompatible, pero que puede pasar en la republiqueta formoseña.


La empresa que se constituyó en sociedad con el abogado, Sergio Ramón Gómez, su socio, tendrá como principal objeto de su actividad la construcción y entre otras cosas realizará obras públicas y privadas de cualquier naturaleza, incluyendo plantas industriales, obras viales, pavimentación urbana y de carreteras, construcción de viviendas, gasoductos, oleoductos, canales, diques. Transporte de materiales y negocios inmobiliarios.

Podrá participar en licitaciones para el estado nacional, provincial o municipal. Explotará también el rubro gastronómico como restaurantes, confiterías, bares, servicios de lunch, etc, etc. Quizás aquí esté el por qué se restringió tanto tiempo y en forma absoluta a los gastronómicos privados, muchos de los cuales se fundieron y cerraron definitivamente, ya que venía a instalarse la empresa del "sobrino".


Lo curioso es que participando en rubros tan variados como onerosos, el capital social comprometido es de 300 mil pesos de los cuales el sobrino del gobernador integra el 95% y el otro 5% es aportado por su socio.


La publicación en el boletín oficial permite que el joven empresario emparentado con el poder empiece un camino que ya han recorrido todas las empresas cartelizadas de la obra pública en la provincia y se asegura con un abanico amplio de actividades que no le quede actividad por explotar. Claro, siempre hay algo que venderle al gobierno.


Carlos Daniel Insfrán, sobrino del gobernador, con 24 años de edad, empieza una empresa que sin lugar a dudas tendrá licitaciones garantizadas para casi todos los rubros que hasta asustan por lo variado y el exiguo capital social, sin embargo seguramente y en pocos meses, ese capital social se verá incrementado indudablemente por las facturaciones al estado provincial.


Pertenecer tiene sus privilegios como expresa la publicidad de una tarjeta de crédito. En este caso, pertenecer hace que cualquier riesgo en la inversión no exista, como le ocurre a otros empresarios que cuando empiezan y tratan de minimizar las pérdidas.


El joven Insfrán tiene un mercado prometedor porque le lloverán las obras públicas al ser el sobrino del gobernador. De hecho, la recomendación del gobernador a aquellos que en algún momento podrían ser su competencia política siempre fue, “Ponete una empresas constructora y dedicate a ganar plata con el estado”.

Con razón Gildo Insfrán se esfuerza tanto en conseguir fondos públicos nacionales para obras públicas, porque van a terminar "en la familia". Gildo no busca generar industrias privadas que den mano de obra, solo le interesa atraer fondos públicos para obras que en una pantomima de licitación, terminarán siendo acaparadas por el "nene", al que le gustan las fiestas clandestinas, que dicho sea de paso, nunca llegó a ninguna sanción pese a que tuvo amplia repercusión.