Facturas por montos millonarios, ventas infladas y dinero público que termina en los bolsillos de testaferros

Se trata de una maniobra que vienen cumpliendo hace tiempo. Figuran ventas por carpetas que valen poco, pero hacen figurar un tercio de millón de pesos.



Si decimos Ramón Valdez, el nombre nos lleva irremediablemente a la vecindad del Chavo del 8, el papá de la Chilindrina que no tenía nunca para pagar la renta. Pero no, no estamos hablando del personaje mexicano. Este Ramón Valdez es argentino, formoseño, testaferro y delincuente.

Y por supuesto, tiene mucha plata, de origen turbio, como para pagar todas las rentas y alquileres de la provincia de una sola vez. El único que factura como nadie es el hermano de Mandy Valdez, testaferro del Ministerio de Economía y prestanombre, además de director de los negocios turbios con dinero público.

Monchito Valdez tiene un negocio, Nivel Equipamientos, que usa como pantalla para facturarle al Estado provincial millonarias ventas por artículos irrisorios.

La boleta más pequeña es de 370.000 pesos por 20 carpetas (que en cualquier librería valen veinte pesos) para su hermano.

Pronto ampliaremos con datos certeros y precisos. Es que todo el año de pandemia el que mejor facturó fue Mandy todo lo puede y su hermano Ramón.

Son las cabezas visibles de una maniobra espuria para inflar facturas por montos millonarios, y son tan caraduras que ni siquiera esconden que los valores de mercado de los artículos que figuran en las facturas son de poco valor, que jamás podrían costar más de un cuarto de millón de pesos.

Y ese negocio es uno de los tantos que facturan al Estado millonarias sumas que van a parar a los bolsillos de estos dos testaferros y a quienes ellos protegen. Es toda una banda que viene aceitando este modus operandi hace muchos años, a la vista de todos y con la indiferencia de la justicia que mira para otro lado.

Ampliaremos...

Por Carlos Rodolfo Varela.