La banda de funcionarios que hace estragos en varios ministerios, está encabezada por una mujer

La investigación de La Corneta sigue a paso firme. Vamos descubriendo más y más movimientos turbios de plata y afanos que hacen varios tipos con el aval de una conocida “compañera” peronista.



La rata maneja la agrupación Compromiso Formoseño en que siempre está la señora de “Toquetón” Ugelli como candidata cuando hay elecciones. Es el reducto de chantas que está sobre la calle España pero el compromiso que tienen más bien es con el bolsillo.

“Toquetón” Ugelli recibe millones para módulos que van a parar en los bolsillos de estos personajes. La investigación de La Corneta está llegando hasta la Subsecretaría de Comunicación Social, porque esta gente está en todos lados con su “compromiso al bolsillo”.

Lo que nos extraña es que siempre están robando a plena vista de todos y nadie dice nada. El lema de ellos es “el todo vale para robar”.

Lo que pasa es que con el aval de la Lotto de Vecchietti, todo se puede en nuestra provincia. Afanó de todo esta banda, no solo en el Ministerio de la Comunidad, sino también en Economía, y ahora que desembarcaron en Desarrollo Humano, están haciendo desastre.

La banda liderada por la Lotto de Vecchietti, que integran la rata Ayala y “Toquetón” Ugelli, con patrocinio de la cucaracha Gómez, se afanan hasta lo que no hay.

Se llevan fondos, plata para remedios, jeringas si te descuidás. A tal punto es su nivel de robo, que no sería raro que le roben hasta al propio Gildo Insfrán, y éste aún no se entera.

Nunca es suficiente, pese a que se guardaron plata que venía de Nación para módulos, para viviendas, para equipamientos y medicamentos, para infraestructura, no les importa nada. Siempre siguen metiendo la mano en la lata.

Las redes de esta banda llegan más allá de Economía, Comunidad y Desarrollo Humano. Se extienden y vamos a revelar más detalles del camino de miseria que dejan a su paso, por organismos provinciales. Tenemos más información y la vamos a compartir.

Ampliaremos...

Por Carlos Rodolfo Varela