Descontrolado auge ilegal de casaquintas que funcionan como boliches en medio de los barrios

Bromatología municipal brilla por su ausencia. Miles de vecinos padecen cada fin de semana problemas de ruidos molestos, borrachos en las veredas, basura y descontrol por un negocio que crece a la sombra de la inacción municipal, las casaquintas de alquiler que son una especie de boliche llena de menores alcoholizados.

El intendente Jorge Jofré sólo pone gente inútil e incapaz, porque sólo sirven para sacarse fotos en Facebook cuando levantan una bolsa de basura, mientras que hay miles de problemas que no solucionan.

Cada vez hay más directores. Y todos esos directores se dedican al Facebook, en vez de solucionar los problemas de los vecinos, y uno de esos problemas son los pseudo boliches, casaquinta de alquiler, que en realidad no son casaquintas, porque las casaquintas están en las afueras de la ciudad, donde no molestaría el ruido, pero estas “casaquintas” están en medio de los barrios, son viviendas del IPV, tienen retocado el medidor de luz y más de una, no paga agua potable, pese a tener una gigantesca pileta.

En fin, mientras los “funcionarios” de Jofré juegan a las redes sociales y a hacerse los pendejos, la ciudad sucumbe en un profundo pozo de dramas. Desde servicios mal prestados o inexistentes, hasta infraestructura en pésimo estado, vías de tránsito destrozadas, y los problemas se multiplican por mil.

Cada vez que hay una joda descontrolada y alcohol libre para quien sea, sea la edad que sea, los vecinos esperan que la Policía actúe, y la Policía espera que Bromatología actúe, y Bromatología espera que la justicia actúe, y nadie hace nada, es una fiesta del descontrol y el desastre.

Señores funcionarios municipales, no sirven para nada, no sirven ni para cuidar un perro atado. Y la ciudad gasta fortunas todos los meses en sus abultados sueldos. Los vecinos pagamos una banda de inútiles que está dejando caer la ciudad capital de la provincia.

Por Carlos Rodolfo Varela.