El servicio de recolección de residuos: tercerizado, peligroso y desorganizado

Uno de los problemas críticos de la ciudad de Formosa sigue siendo desatendido por autoridades municipales.



La recolección de basura en la capital siempre fue un drama para los vecinos. La frecuencia de recorrido de los recolectores es inestable en los barrios y los vecinos no saben a ciencia cierta a qué hora sacar los residuos. Hay días que ni pasan por muchas cuadras.

El problema de la improvisación genera microbasurales, confusión entre los vecinos y complicaciones en la disposición final. El servicio lo prestan cooperativas, que son muy bien pagadas por el municipio, pero que pagan monedas a su vez a los cooperativistas, que arriesgan su salud y su vida por esos centavos.

Otro aspecto no menor, es el de los camiones, viejísimos, que recorren la ciudad generando situaciones de peligro para el tránsito en general. De hecho, ya hubo varios accidentes fatales que involucraron a estos camiones.

Por último, el vaciadero. Gestiones anteriores a la actual, cavaron profundas fosas recubiertas a su vez por un plástico especial, para contener el líquido negro que genera la basura al pudrirse, altamente tóxico, que se mete en las napas subterráneas, desparramándose a amplios sectores. El mal tratamiento final de los residuos es un problema ambiental muy grave. Ni hablar de los desechos de hospitales y sanatorios, agujas, jeringas, tejidos, gasas con sangre. Eso es peor de tóxico, y el tratamiento debería incluir potentes máquinas que someten a altísimas temperaturas a ese tipo de basura para matar patógenos. No existe un tratamiento así en Formosa.

Ampliaremos...

Por Carlos Rodolfo Varela.