“Como es un río pobre que pasa por lugares pobres justifica su abandono”

Al respecto dijeron que: “A las Comunidades Qom, Wichí y Criollos del oeste formoseño –más concretamente del Departamento Bermejo- que fueron arrasadas por la furia del Pilcomayo indómito que destruyó las defensas y las aguas entraron sin piedad en la mañana del viernes 16 inundando sus comunidades de: El Churcal, La Madrugada, Isla García, Laguna Cansino, Pozo Ramón y Tres Yuchán.




La Vicaría de los Pueblos Originarios y de Edipa, envió un comunicado a los medios con respecto de la rotura de la barrera y el anegamiento de varios poblados como consecuencia del desborde del Río Pilcomayo. Al respecto dijeron que: “A las Comunidades Qom, Wichí y Criollos del oeste formoseño –más concretamente del Departamento Bermejo- que fueron arrasadas por la furia del Pilcomayo indómito que destruyó las defensas y las aguas entraron sin piedad en la mañana del viernes 16 inundando sus comunidades de: El Churcal, La Madrugada, Isla García, Laguna Cansino, Pozo Ramón y Tres Yuchán.

A las comunidades cercanas de La Rinconada, Vaca Perdida y El Quebracho, también muy comprometidas, y a cuantos han tenido que evacuar: niños, abuelos, enfermos, jóvenes, familias y tantos otros que emprendieron un éxodo a tierra firme en medio de la inseguridad del monte, de las víboras y del desconcierto.

Queremos enviarles, a cada uno de ustedes, hermanos y hermanas afectados, nuestra cercanía espiritual en este momento de dolor y cruz por el que están atravesando. Nos solidarizarnos con ustedes que forzosamente tienen que abandonarlo todo y ser evacuados. Es el dolor de ver que se pierde lo que uno tenía: el territorio, sus animalitos, los lugares comunitarios, los cementerios, los recuerdos de familia y tanto sacrificio de trabajo y construcción. Nosotros, Iglesia Diocesana de Formosa, estamos muy apenados por esta mala noticia, apoyamos y alentamos cuanta acción solidaria se realice y oramos a Dios Padre para que les consuele y de su animo.

Estos desbordes del rio Pilcomayo, que castigan desde hace muchos años nuestra provincia tienen sus causas: la desforestación que mata la tierra y provoca la erosión; la minería que arroja toneladas de desechos a sus aguas; el no dragado del río que cada año va enlamando su cause; el ser considerado como un rio pobre que pasa por lugares pobres justifica su abandono; la cultura del “descuido y maltrato de la casa común”.

El Papa Francisco advierte en su documento “Laudato Si”: “Esta hermana (tierra) clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano herido, síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7).”

Los cristianos acabamos de iniciar la Cuaresma, tiempo de conversión, de cambios de nuestra manera de vivir y pensar, “Conviértanse y crean en la Buena Noticia” (Mc. 1,15). Es una conversión urgente en las relaciones con la tierra, entre nosotros los seres humanos y con nuestro Dios. Urge la solidaridad, hay muchos hermanos sufriendo exiliados de su casa y de su tierra, muchos que perdieron todo. Ellos nos desafían a la generosidad, a la solidaridad y a la justicia. Hoy la urgencia nos desafía a vivir juntos todos la caridad y la justicia. A dejar toda indiferencia y mezquindad, cada uno desde su lugar y responsabilidad, para acompañar este momento y aportar luego para un “Regreso Con Esperanza”. Los abrazamos con la seguridad de que Dios nunca abandona a sus hijos” finalizaron diciendo.