Toquetón Ugelli, del IPV, es el protegido de Inés Lotto por eso los organismos de protección a mujeres no lo molestan

Se encarga de toquetear en sus partes íntimas a las empleadas del Instituto Provincial de la Vivienda pero no lo ve ni la Secretaría de la Mujer, ni las defensoras feministas, ni la justicia. Lo protege Inés Lotto



El titular del IPV, Toquetón Ugelli, ya tiene varias denuncias por acoso pero nadie lo toca a él, porque está bajo el paraguas protector de Inés Lotto.

Ugelli toca a cualquier mujer que se le acerque, molesta a todas y algunas flojas inclusive ceden ante sus bajos instintos, pero el tema es que es un calvario para muchas empleadas del organismo que deben padecer todos los días las manos inquietas de este personaje nefasto.

Pese a tan malos antecedentes, ninguno de los defensores de las cuestiones de género, ni las feministas de Formosa, ni la Secretaría de la Mujer, ni la justicia hacen nada para ponerle freno a Toquetón Ugelli.

Pero se ve que el titular del IPV no es el único acostumbrado a hacer lo que se le canta. También su mujer va a un gimnasio spa, de la calle Sarmiento y al entrar se cierra para que ella sola haga ejercicios de pilates.

La verdad ni con mil horas de pilates no se arreglan ni Ugelli ni su mujer.

Este grotesco personaje del peronismo de Formosa, otrora candidato del PJ, y hoy funcionario del IPV, cree que puede llevarse el mundo por delante. Y eso es en gran medida lo que pasa, al menos dentro del IPV, porque tiene la protección de Inés Lotto.

Muchas mujeres, por temor a perder sus puestos de trabajo y quizás su único ingreso familiar, deben callar los atropellos sexuales de este depravado gildista que anda manoseando a las trabajadoras del instituto.

¿Para esto sirve el IPV? ¿para saciar el apetito degenerado de Ugelli todos los dias? ¿y las viviendas? por lo visto, los miles de formoseños que no tienen techo no le preocupan a Ugelli, y menos a Inés Lotto.

Vamos a seguir investigando. Vamos a desenmascarar a Ugelli y a los organismos que hacen la vista ciega, avalando con su silencio los atropellos a las mujeres que hace este personaje todos los días en el IPV.

Ampliaremos...

Por Carlos Rodolfo Varela.