Brutal persecución a pequeños comerciantes en Formosa con la excusa de la pandemia

Conmoción de vecinos en el barrio Guadalupe por un amenazante operativo policial. Efectivos de la subcomisaría Guadalupe exhibían armas de grueso calibre a una familia propietaria de un kiosco. Exceso policial, abuso de autoridad e intimidación pública.



Un ejército de policías fuertemente armados coparon una esquina del barrio Guadalupe, generando conmoción entre los vecinos por las armas largas que portaban los efectivos, que en forma amenazante amedrentaron a un humilde kiosquero, que demoró en cerrar su pequeño negocio.

Como una mala costumbre que viene acentuándose con el paso del tiempo, la Policía de Formosa muestra todo su poderío logístico y de armamento contra un pequeño kiosquero que en lugar de cerrar a las 20 horas en punto, lo estaba haciendo a las 20:15 hs.

Mientras en Formosa ocurren terribles delitos a lo largo y ancho de la provincia, megacontrabandos, venta y transporte de estupefacientes, crímenes contra mujeres, patotas que tienen en vilo a los barrios, los policías se equipan solamente para montar un aparatoso operativo contra el kiosco del barrio Guadalupe.

La Corneta Noticias nuevamente acudió a retratar la verdad de los acontecimientos, y tuvimos la colaboración de un colega de prensa, quien contó el operativo cuasi militar contra el kiosquito. “La Dirección de Bromatología de la municipalidad persigue a pequeños comerciantes de barrios humildes de la ciudad, acompañada de un efectivo perteneciente a la Subcomisaría del barrio Guadalupe de apellido Vieyra quien dirigía el exagerado procedimiento, el auxiliar de la justicia procedió a tomarme fotografías, luego de que le exhibiera mi credencial de prensa, esta actitud sería un modo de intimidar o impedir mi tarea periodística” comentó.

Muchos vecinos del barrio Guadalupe pensaron que habían agarrado a un capo narco, o acorralado a asaltabancos, o piratas del asfalto, por la exhibición de armas de grueso calibre en manos de los policías, que lejos de parecer cuidar a la comunidad, más bien parecían estar con el dedo en el gatillo a modo de advertir el inminente uso de las escopetas contra los vecinos.

Fueron varios los efectivos policiales que acompañaron al funcionario de Bromatología que labraba un acta de infracción y que se negó a indentificarse, aprovechando que tenía puesto el barbijo que ocultaba su rostro.

Lo insólito y llamativo fueron los varios efectivos fuertemente armados con armas largas de grueso calibre solo para labrar una simple acta de infracción, quienes se hicieron presentes en el comercio de Juan Garay en el barrio Guadalupe a las 20.47 hs aproximadamente de este viernes.

La esposa e hija del comerciante, está última abogada, se quejaron por el desmesurado procedimiento con efectivos armados hasta los dientes para cobrar una mera multa supuestamente por atender fuera del horario autorizado por las autoridades.

Los uniformados, en su peliculesco operativo, no estarían observando el Artículo 28 y 29, 14 y 14 Bis de la Constitución Nacional, principio de Razonabilidad para reglamentar un decreto DNU de la Presidencia de la Nación.

Hay que recordar que la Constitución está por encima de cualquier decreto Presidencial o reglamentos y/o leyes provinciales.

Estos funcionarios de Bromatología como así también la fuerza pública no tienen competencia ni potestad legal para proceder de esta manera, escudados en un tema de emergencia sanitaria, o amparados bajo el "paraguas" de la pandemia, coartando el derecho al trabajo y en un ardid que reduciría las libertades individuales de los ciudadanos.

Los que pasan los 50 años, recordaron la época de la dictadura anterior a los periodos democráticos de la Argentina, donde los policías actuaban como fuerzas de choque contra la gente común.

Por otro lado, los policías a cargo del rocambolesco operativo señalaron que la prensa “entorpecía” el operativo policial. En este sentido, podemos decir que siempre que alguna fuerza de seguridad estaba haciendo algo incorrecto, les molesta la presencia de los periodistas que podemos desenmascarar sus exageraciones.

Los periodistas solo tenemos cámaras en las manos, mientras el exceso de fuerza pública tiene armas largas, armas cortas y otros elementos para “amedrentar” a quienes pretendemos retratar el atropello a los derechos civiles.

Como en la Alemania nazi de 1945, donde las SS exhibían sus armas a los civiles, así está exhibiendo su poder de fuego la Policía de Formosa.

Ahora con tanto despliegue de fuerza y armas, nos preguntamos ¿ahora la subcomisaría de Guadalupe puede matar gente y nosotros los periodistas no podemos sacar fotos? ¿así es ahora?

Estos resabios de la dictadura, sea de Videla, Galtieri, Massera o incluso de Stroessner, en Formosa, tienen que tener presente, quizás nos quiten las cámaras, quizás nos amenacen con escopetas, quizás hagan intimidación pública cubriéndose los rostros y sacándose la placa identificatoria, pero lo cierto es que ahora, en el siglo 21, cualquier celular tiene una cámara. Y si nosotros no podemos o no nos dejan retratar sus abusos de poder, lo va a retratar la propia gente, y nos va a llegar igual las imágenes.

La prepotencia policial, la intimidación pública, el abuso de autoridad, se terminó, no existe más. Porque la gente ya no es más tonta, señor policía, la gente sabe que están haciendo mal, y que son malos policías.

Por Redacción La Corneta.